martes, 7 de septiembre de 2010

Chicoral - Ibague - Nevado del Tolima - Ibague

La mañana siguiente continúe hacia Ibagué conocí la ciudad, sus bellas mujeres y tuve la oportunidad de dirigirme hacia el nevado del Tolima en vez de quedarme esa noche en la ciudad, me dirigí hacia Juntas, un pueblo donde podía dejar el Ciclomotor y continuar a pie.

Durante ese recorrido por el Cañon del Combeima disfrute de un bello paisaje lleno de verde y de rocas llegue a Juntas, encontré un grupo de gente del lugar quien me relaciono con la señora de una tienda y allí deje el ciclomotor. Ya eran casi las seis de la tarde y empecé mi caminada hacia el Silencio, un lugar de paso hacia la subida al nevado del Tolima, luego de dos horas y media caminando en la oscuridad y la lluvia logre llegar por fin al "Silencio", mamado pero llegue, y allí los campesinos me dejaron campar bajo su techo ya que la lluvia era increíblemente fuerte.


Al otro día pase un buen rato con la familia en donde la señora había matado una gallina y se disponía a quitarle las plumas para el almuerzo, como en mi infancia sufrí de temor a las gallinas y en mi anterior viaje el mes pasado, por primera vez cogí por mi mismo una gallina esta vez me dispuse a ayudar a la señora a quitarle las plumas a la gallina, así afronte temores escondidos y me fortalecí sacando de mi esos miedos que nunca supe de donde salieron.

Continúe mi ascenso hacia las termales en el rancho y atravesé el maravilloso Cañon del Combeima y pase una agradable mañana solo en esas termales con muy buena energía; Hermoso lugar donde puede reflexionar en mi mismo y sacar grandes conclusiones. En la tarde volví al Silencio y disfrute de un almuerzo de gallina y baje nuevamente a Juntas ya que no me arriesgue a subir al nevado ya que estaba solo y en mas de 10 horas de subida, algo puede pasar y no es conveniente estar solo, por eso baje nuevamente a juntas.

Allí recogí mi ciclomotor, me tome un tinto y aproveche a salir hacia Ibagué antes que me cogiera la noche pero por mas que trate, me cogió la noche y fue toda una aventura llegar a Ibagué, ya que la clave de un buen viaje esta en tratar bien la maquina y procurar no darle golpes a la llanta trasera porque se pincha, entonces fue andar a tientas en lo que la poca luz me mostraba que podía andar sin huecos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario